La realidad absoluta es dual; consiste en el mundo social, una energía ilusoria de la existencia material llamado Maya, extremadamente difícil de superar. Esta es la verdad relativa.
Pero hay otra verdad, permanente, en las cuestiones naturales esenciales.
Hay personas débiles que se dejan seducir por la opinión y aceptación ajenas. Y hay personas cuya inteligencia espiritual se refugia en el exclusivo servicio devocional; son los que responden a la verdad última.
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